lunes, junio 28, 2004

AyEr Un ADióS

Ayer tú estabas en un columpio del parque, pensabas en tu mamá, ella estaba mal y tú sabías que necesitabas su presencia en ese mismo momento.
Necesitabas la seguridad de cuando niña, tu mamá te abrazaba después de llorar, tu sentías que ya no podrían lastimarte mas pues tu madre te defendería a capa y espada.
Pero ahora estabas sola, estabas deprimida, tu mamá se te estaba llendo y tú te sentías impotente. Nada, ni nadie podía ayudarte a excepción de esa alma de tu madre presente junto a tí. Empezaba a hacerse de noche y tú no tenías ni la mínima intención de moverte de ese lugar. Pero empezaba a hacer frío. El aire te golpeaba la cara, tus mejillas estaban heladas. Necesitabas un abrazo, ese abrazo que sólo tu mamá podía darte. Sentiste un escalofrío, una ráfaga templada se deslizó por tu cuello y empezó a jugar alrededor de ti mientras tu columpio se mecía más rápidamente. Te envolvía ese viento cálido, con ternura te acariciaba tu pelo. El olor era dulce y tranquilizante, ese aroma se te hizo conocido, are limpio y fresco. Buscaste a tu alrededor no encontraste nada, pues una niebla te abrumaba la mirada. El olor hizo que flotaras en la niela, levantaste la mirada, un rostro se empezaba a esclarecer entre tanto espesor. Los labios se parecían a los de tu madre. Se movían lentamente pidiéndote que te acercaras a ella. No oías sonidos, pero todo llegaba hasta tu mente muy claro. Te dijo que te cuidaras y que te tranquilizaras, que todo saldría bien. Una mano se movió entre la niebla, aparecieron sus brazos y un abrazo te cegó la tristeza. Y tú serías feliz. Una despedida, un adiós, tu madre se había olvidado de ti.


* мφςђ€Ľļ€ *

No hay comentarios.: